Menos mal que no tenemos patrón y a veces podamos llevar las tablas que rige la incoherencia a una estricta realidad. Y qué sería sino de la vida, sin sueños que cumplir, sin vueltas de campana que descompongan la rutina en 7 segundos. Qué sería de la vida sin ilusión, sin fracaso, sin remontadas y recaídas que te dejan hecho polvo y con ganas de levantar cabeza; que te dejan extasiado y con ganas de pisar tierra. Menos mal que existen las contradicciones que nos hacen ser más humanos de lo que pensamos, más animales de lo que sintamos. Menos mal que están las equivocaciones que nos hacen aprender, que nos hacen sufrir, que nos hacen sudar y volver a errar. Y menos mal que aun existen las coincidencias porque, qué sería de la vida sin casualidades que nos hagan reír y llorar a la vez, sentir pasión y pena y un amasijo de sentimientos a flor de piel. Qué sería de la vida sin noches en vela,de conversaciones que merezcan la pena, de hacer el amor despacio, de recuerdos que nos desgarran el alma y que nos arrastran al más blanco vacío. Menos mal que la vida es larga y nos da oportunidades y menos mal que la vida es corta y el tren no pasa dos veces. Menos mal que ya no estoy hecha un lío, que tengo las ideas claras, que no sé quién soy y nunca nunca voy a conocerme.
Fte: mi queridisima Blanca Fort.
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