viernes, 18 de marzo de 2011

Hoy, como todos los días, hay sol y cielo azul.

Con cada vaso de licor que tomas acabas con cientos de células.
Pero eso no importa mucho porque tenemos millones. Primero mueren las de la
tristeza, así que estás sonriente. Luego mueren las del silencio y todo lo dices
en voz alta, aunque no haya ninguna razón, pero eso no importa... no importa,
porque después mueren las de la estupidez y hablas con inteligencia. Y por
último, las células de los recuerdos... esas son difíciles de matar...

¿Sabeis? Aquí en estas tierras levantinas que tanto  me gustan, recuerdo todos los momentos que he pasado con ellas, con mis amigas, pero al mismo tiempo, me doy cuenta de que nos quedan muchos mas por vivir, y me sale una sonrisa constante en mi cara tan solo de pensarlo, si lo reconozco las admiro, las aprecio, las quiero.

 Desde Gandía, tomando el sol en una tumbona, descansando viendo las horas pasar hasta la noche, hasta la berbena donde vemos salir la luna, que nos mantiene alumbrados durante toda ella, para a su vez, despedirnos de ella en el amanecer.